En enero pasado, el país importó cerca de 33,9 millones de dólares en alimentos, un 25,39 por ciento menos que lo importado el mismo mes de 2015. En volumen también se registró una caída de 15 por ciento equivalentes a unas 6.000 toneladas menos, en el mismo periodo.
La caída en valor se explica porque los precios internacionales de los alimentos aún se mantienen bajos, mientras que la caída en volumen implica una menor demanda en el país, producto de la caída de las exportaciones en 2015, explicó la gerente técnico del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), María Esther Peña.
El trigo se mantiene en el primer lugar de la lista de alimentos comprados por el país y para enero de este año representó el 41 por ciento del volumen y el 15 por ciento del valor importado.
En enero, la importación de trigo llegó a 5 millones de dólares por 15.355 toneladas, cuando en el mismo periodo de 2025 el valor importado fue de 4,6 millones por 11.649 toneladas. Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), el crecimiento de las importaciones de este producto, a enero pasado comparado con enero de 2015, fue de 32 por ciento en volumen y de 9 por ciento en valor.
Bolivia importa principalmente harina de trigo, preparaciones para la elaboración de bebidas alcohólicas, productos de panadería, alimentos elaborados, leche, frutas y hortalizas.
La caída en el volumen de las importaciones de alimentos obedece a una menor demanda de importaciones en términos generales, añadió el técnico del IBCE, Juan Pablo Saucedo; sin embargo, dijo que también se debe a que el Gobierno asumió medidas, a través de decretos, que impidieron o desincentivaron la importación de ciertos alimentos o bebidas, como el caso de la restricción al ingreso de bebidas alcohólicas o la exigencia de tramitar una autorización sanitaria para determinado tipo de productos.
En septiembre de 2015, se promulgó el Decreto 2522 que establece la modificación del gravamen arancelario para algunos productos alimenticios y bebidas como leche, café, papa y vino.
Este decreto, además, estableció que para realizar importaciones se debe contar con un permiso previo del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) para un listado que incluye carnes, lácteos, huevos, hortalizas y frutas.
Saucedo afirma que estas medidas influyen en el importador, pues aunque no impiden las importaciones, las desincentivan.
A nivel general, en enero, el valor de las importaciones bolivianas descendió en 18 por ciento con respecto a enero de 2015 y en volumen la disminución fue de 13 por ciento.
Por categoría económica, la importación de Alimentos y Bebidas se redujo en 21 y 8 por ciento, en valor y volumen respectivamente.
Suministros Industriales tuvo un decrecimiento del 23 por ciento en valor y 13 por ciento en volumen.
Combustibles y Lubricantes registró la mayor disminución con un 48 por ciento en valor y 12 por ciento en volumen.
Bienes de Capital se redujo en 27 por ciento en valor y 19 por ciento en volumen.
La excepción fue Equipos de Transporte, que tuvo un crecimiento del 14 por ciento en valor, aunque en volumen las importaciones cayeron un 24 por ciento.
INSUMOS COPAN LISTA
En la lista de productos alimenticios importados por el país predominan los insumos (harina, malta, preparados y mezclas para la industria, ya que Bolivia tiene autosuficiencia en casi todos los productos, salvo el caso del trigo o la manzana, que también figuran en la lista; pero no porque el país no los produzca sino porque su producción es limitada, explicó el técnico del IBCE, Juan Pablo Saucedo.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario