El litio es "un factor clave" en la nueva matriz energética global pero "Bolivia no formará parte" de la misma a pesar de tener, junto a Argentina, las mayores reservas mundiales del mineral, advirtió el consultor internacional en este sector Juan Carlos Zuleta.
"En este momento estamos viendo el anticipo del acomodo de las diferentes fuerzas del mercado en la nueva matriz energética global, donde el litio es obviamente un factor clave", dijo Zuleta en una entrevista con Efe, pero "Bolivia no formará parte de esta nueva matriz porque no ha podido hacer las cosas a su tiempo".
El Gobierno de Evo Morales señaló la industrialización del litio como un objetivo económico prioritario en 2008, pero hasta el momento ha exportado muy pocas toneladas de carbonato de litio a China, mientras que Argentina produjo alrededor de 29.000 toneladas el año pasado, explicó Zuleta, de nacionalidad boliviana.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, Bolivia tiene reservas de nueve millones de toneladas métricas de litio de contenido metálico en el Salar de Uyuni, pero el Gobierno habla de 100 millones, algo que Zuleta calificó de "datos sensacionalistas".
El parlamento boliviano aprobó el 31 de marzo la creación de Yacimientos de Litio Boliviano (YLB), una nueva empresa estatal para impulsar la explotación del mineral, que sirve entre otras cosas para fabricar baterías eléctricas, incluidas las de los automóviles.
Según el experto, se trata de "una medida distractiva más para seguir desatendiendo los problemas de fondo", relacionados con supuesta "incapacidad" de las autoridades responsables para avanzar hacia la etapa industrial de la producción de carbonato de litio.
En agosto de 2015 Bolivia contrató a la empresa alemana K-UTEC AG Salt Technologies para elaborar el diseño de una planta industrial para producir ese producto, pero tras meses de retraso, según Zuleta, no hay "ninguna referencia clara y consistente del estado de la situación en cuanto a la elaboración de ese diseño".
El Gobierno ha anunciado esta semana que hay 26 empresas internacionales, sobre todo de Asia y Europa, interesadas en construir la planta de desarrollo industrial del producto.
No obstante, el consultor sostiene que Bolivia llega tarde al mercado y, en el caso de que se cumplan las previsiones gubernamentales más optimistas de avanzar hacia una producción anual de 30.000 toneladas métricas de carbonato de litio, la cuota de Bolivia en ese escenario solo alcanzaría a un 10 %.
"Queda muy atrás la idea distorsionada del vicepresidente que habla de que Bolivia va a dominar el mercado y va a fijar los precios del litio", comentó en referencia a la proyección que ha expresado la segunda autoridad del Estado, Álvaro García Linera.
De acuerdo con Zuleta, Bolivia tampoco ha avanzado en la certificación de la totalidad de las reservas del Salar de Uyuni y "ha dejado de ser el único líder en cuanto se refiere a recursos identificados del mundo".
"A partir de febrero de este año ese liderazgo ha empezado a compartirlo con Argentina" que, explicó Zuleta, ha realizado mayores esfuerzos en prospección y certificación.
Las previsiones del Gobierno anunciadas en 2015 consistían en sumar inversiones que en 2018 lleguen a 617 millones de dólares para desarrollar el sector.
Al respecto, Zuleta prefiere hablar de "gasto", porque considera que las decisiones estratégicas de inversión han sido erróneas.
Bolivia ha centrado sus esfuerzos en construir piscinas de evaporación solar, que ocupan hectáreas de extensión y requieren "mucho movimiento de tierras" y "mucho combustible".
Además, este método de evaporación es el recomendado para lugares donde prácticamente no llueve, como el salar de Atacama (Chile), donde la tasa de evaporación es más del doble que en Uyuni, explicó.
En el caso boliviano, se podrían haber aplicado métodos de separación química o de evaporación térmica aprovechando las reservas de gas natural del país, argumentó.
Uno de los problemas del litio boliviano es su baja concentración en salmuera si se compara con lo que sucede en Chile y Argentina.
Sin embargo, esa concentración relativamente baja lleva aparejada, en contraste, una presencia alta de magnesio.
"Se conoce que el magnesio hoy en día tiene propiedades industriales que no se han podido aprovechar por falta de conocimiento e investigación", dijo, y sostuvo que empresas chinas y coreanas están interesadas en los salares bolivianos por esa razón.
"El valor del magnesio en el salar de Uyuni podría ser incluso superior al del litio", sostuvo el experto y aseguró que "las aleaciones de magnesio podrían hacer una verdadera revolución, sobre todo en el campo automotriz".
Por ello, recomendó "cambiar el chip", algo que "consistiría en que Bolivia se ocupe de entrada en el desarrollo del magnesio como recurso principal y del litio, como secundario", algo que implicará un trabajo adicional porque se requeriría de mucha energía.
Fuente: periódico "La Razón"
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