Perú, apenas a los tres meses de la inauguración de operaciones de su planta de licuefacción de gas natural en Pampa Melchorita en la costa del Pacífico, provee del energético a Brasil, México, Estados Unidos, Canadá y España a través del mar y tiene planes de llegar próximamente a Argentina y Chile.
Las oportunidades de Bolivia, que en 2003 se perfilaba como el centro energético regional y abastecedor mundial de gas natural licuado (GNL), fueron tomadas por Perú, coinciden analistas que recuerdan que antes, durante y después de la “guerra del gas” ese país contribuyó en evitar un acuerdo entre Bolivia y Chile para que el gas boliviano saliera por esa nación a Norteamérica, un proyecto impulsado por el consorcio Pacific LNG.
Las similitudes de los proyectos de Perú y Bolivia no sólo tienen que ver con el producto (gas natural licuado), la vía de exportación del energético (el Pacífico) y los mercados (Norteamérica), sino también con el inversionista: la transnacional Repsol, la misma empresa que lideró Pacific LNG y que es ahora principal socia de Perú LNG, que opera Pampa Melchorita. La diferencia es que Perú ejecutó el plan.
“Las versiones en sentido de que Perú tuvo una actividad solapada muy importante en la ‘guerra del gas’, que cambió todo el destino de la industria petrolera, han sido muy insistentes, pero no demostradas. Lo cierto es que Perú se esforzó en evitar un entendimiento con Chile y al mismo tiempo hacer que el proyecto de exportación de GNL naufragara. El resultado neto de esa actividad diplomática es la actual planta de Pampa Melchorita del Perú. Se podría indicar que la política de Torre Tagle es una de las más eficaces en América Latina”, dice Carlos Miranda, analista y ex ministro de Hidrocarburos.
El experto y también ex ministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos señala que diversos actores en territorio peruano contribuyeron en 2003 a enrarecer el ambiente para que el proyecto por Chile no se materializara. “Gran propaganda, principalmente en la ciudad de La Paz y El Alto, apareció dando a entender que el proyecto por Perú era mejor y en Bolivia fuimos pocos los que nos dimos cuenta de que en realidad se estaba peleando un mercado que ahora tiene Perú”, explica.
Para el experto en hidrocarburos Francesco Zaratti, es probable que Perú tuviera un interés marcado en impedir el desarrollo del proyecto LNG por Chile. “Basta recordar los varios ofrecimientos, todos ‘inmejorables’, que hizo Perú para evitar el acercamiento de Bolivia a Chile. Algunos funcionarios del actual Gobierno fueron muy activos en apoyar la propaganda peruana en los años 2002 y 2003”.
El consultor en materia energética Bernardo Prado, en tanto, atribuye a la indecisión al desacuerdo y a la intolerancia de los bolivianos la pérdida de la oportunidad de exportar GNL y ser el centro energético regional. “Los estudios realizados definieron que exportar el gas boliviano por Chile era más barato que exportarlo por Perú. Ante esa situación, el mismo Gobierno peruano ofreció compensar la diferencia para que Bolivia exportase su gas por Perú, pero el consorcio Pacific LNG dejó claramente establecida su preferencia por los puertos chilenos, lo cual fue considerado como una ofensa en algunos sectores radicales de la sociedad boliviana y así, sumando otros factores, comenzaron los conflictos sociales de 2003”, recuerda.
Miranda comenta que la confusión política generada en 2003, que creó un sentido de desconfianza de provisión de gas por gasoducto, y la nacionalización realizada en mayo de 2006, que confirmó esos temores, fueron el mejor motor para la aparición de GNL en el Cono Sur.
“Brasil, fuertemente impactado por la política nacionalizadora, buscó con grado de urgencia el abastecerse de GNL para prescindir de gas boliviano si fuera necesario y logró poner sus instalaciones en un año. Argentina hizo lo propio frente a la incapacidad boliviana de proveerle gas. Chile adoptó la provisión de GNL como la solución permanente para su consumo de gas por las fallas de la provisión argentina y la incertidumbre planteada por Bolivia en cuanto a su posibilidad de crecimiento y la política abiertamente antichilena de la ‘guerra de gas’”, dice.
Pérdida de mercados y credibilidad
Los analistas dicen que de 2003 a 2010 Bolivia perdió mucho en el sector de hidrocarburos, el principal motor de la economía. Para el experto Francesco Zaratti, el país “ha perdido credibilidad y confiabilidad, dos aspectos fundamentales en esos negocios. Ha perdido reservas a tal punto que muchos proyectos de desarrollo, exportación e industrialización van a quedar rezagados”. Agrega que ya no será el abastecedor principal de países como Argentina, Uruguay y Paraguay y tampoco se ha logrado refundar YPFB.
El especialista Álvaro Ríos apunta que, tras fracasar el proyecto de Gas Natural Licuado (GNL) de exportación, Bolivia dejó ir la oportunidad de expandir un mercado adicional de gas para el país y no depender de uno o dos. Y el analista Carlos Miranda dice que el país perdió definitivamente el mercado del norte chileno y en parte el de Argentina, que recibe 14 millones de metros cúbicos por día de GNL por mar y piensa duplicar la cifra en 2011. “Las instalaciones brasileñas están diseñadas para prescindir del gas boliviano, situación que no se ha presentado pero que podría suceder en cualquier momento”.
Por su parte, el consultor en materia energética Bernardo Prado señala que Bolivia ha perdido mucho en el campo de los hidrocarburos. “Ha dejado de ser el eje de la integración energética regional. Técnicamente, Brasil y Argentina pueden prescindir del gas boliviano y compensarlo con importaciones de gas natural licuado (GNL)”.
No por ductos, sí por barcos
Bolivia se proyectaba como el centro energético regional y de integración a través de gasoductos. Hubo proyectos grandes en torno al gas boliviano, como el llamado Gasoducto del Sur, que ya quedaron olvidados.
“La integración se viene concretando hoy por barcos”, manifiesta el analista Álvaro Ríos, y Perú es el protagonista de esa unión. Ríos añade que muy probablemente el país vecino materialice otro proyecto de exportación de GNL en el sur a partir de nuevas reservas en lotes aledaños a Camisea.
Fuente: periódico "La Prensa" La Paz-Bolivia - 18/10/2010
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