Los ignacianos cada que llega el gas licuado de petróleo, procedente de la engarrafadora de gas de San José de Chiquitos, tienen que hacer largas filas y sufrir los efectos del sol y en otras ocasiones la lluvia, para conseguir una garrafa del energético.
En San Ignacio de Velasco hay una sola agencia de gas, perteneciente a Orestes Álvarez, que vende la garrafa a Bs 30.
María Dorado, una ama de casa, aseguró que llegó a las cuatro de la mañana a la agencia que comenzó a vender gas a las 8:00. Otras personas que hacían cola por más de cuatro horas, se quejaron porque “el gas de los bolivianos nunca alcanza para los chiquitanos”, y pidieron que las autoridades nacionales vendan el energético al mismo precio (Bs 22,5) que está en vigencia a escala nacional, porque no debe existir un costo para las capitales y otro para las provincias.
Ayer se informó que llegaron 1.200 garrafas desde San José y se venden en algunos casos hasta dos garrafas por hogar para que alcance. El gas se acaba rápido porque a San Ignacio vienen a comprar estancieros, comunitarios vecinos e indígenas del municipio velasquino, los menonitas y las amas de casa.
No se pudo encontrar a un responsable de YPFB para la distribución de gas en Velasco para que explique las causas de la escasez del licuado en la región.
Fuente: periódico "El Deber" Santa Cruz-Bolivia - 26/1/2010
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