lunes, 14 de noviembre de 2011

De las diez importaciones más caras, cinco pueden sustituirse

Tres especialistas en economía consideran que Bolivia tiene capacidad para sustituir las importaciones de al menos cinco de los diez productos más costosos que se compran en el exterior. Estos productos son: diésel; gasolina con octonaje igual a 90 pero inferior a 95; gasolina con octonaje superior o igual a 95; harina de trigo y barras de hierro. Estas compras registraron a septiembre un valor de más de 770 millones de dólares.
Los otros cinco artículos de que más le cuestan al país del exterior son turbinas de gas, con una potencia superior a 5.000 kw; vehículos de una cilindrada superior a 1.500 cc pero inferior a 2000 cc; vehículos para transporte de mercancías; tractores; y aviones y aeronaves de hasta 15 toneladas de peso.

Página Siete reveló que estos 10 rubros son los que más le cuestan al país en el exterior.

Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE); Julio Alvarado, diplomático y especialista en comercio exterior, y Alberto Bonadona, analista económico y columnista, coinciden en que los cinco primeros productos de esta lista se puede aplicar una política de sustitución, pero que ello depende de una definición de políticas claras, que apunten a fomentar la productividad.

En total, Bolivia importó hasta septiembre 5.547 productos del extranjero por un valor de 5.416 millones de dólares.



“Un país que se dedica a importar es un país que a la larga se vuelve dependiente, vulnerable y eso no es bueno para la economía nacional”, dice Rodríguez.

Asegura que si bien Bolivia no puede “pretender producirlo todo”, existe la posibilidad de que algunos productos se puedan ir sustituyendo a través de una “política clara”.

Alvarado sostiene que para liberarse de las importaciones se debe impulsar mayor productividad y un “cambio de orientación” que tenga claro qué se va comprar y con qué fin.

Para dejar las compras de diésel y gasolina con octonaje igual a 90, pero inferior a 95, y la con octonaje superior o igual a 95, los especialistas apuntan   a la prospección, exploración de petróleo y luego la explotación de los pozos a fin de producir más líquidos, pero se requieren mejores condiciones para atraer inversión extranjera.

En los últimos años el país sufrió el agotamiento de campos petroleros y explota más gas.

En el caso de la harina de trigo se debe fomentar la producción a través de los estímulos, además de brindar seguridad jurídica para la tierra y a las inversiones, entre otros, aseguran.

En las barras de hierro, la sustitución depende de cómo se desarrolle el proyecto del Mutún, porque -aseguran los especialistas- la materia prima, que es el hierro, existe.

Alberto Bonadona sostiene que más allá de una “política” clara para tal cometido también se requiere un avance en paralelo de varios campos del proceso de producción e incluso de los aspectos que tienen que ver con los mercados.

Por ejemplo, se debe preparar desde “la mano de obra”, pasando por la materia prima, hasta asegurarse de que los mercados estén listos para absorber esos productos. “No solamente es la cadena productiva, sino todo lo que esté en su entorno para llegar a la producción del producto final”, precisa.

Alvarado añade que si bien es posible la sustitución, existen rubros en los que no queda otra opción que seguir dependiendo de los mercados de afuera, debido a que el país no tiene capacidad suficiente para producirlos. “No vamos a producir autos ni aviones. Eso vamos a seguir importando”, señala.

Se gastó $us 37,1 millones en el GLP

Hasta septiembre de este año se registró la importación de Gas Licuado de Petróleo (GLP) por 37,1 millones de dólares, según datos elaborados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), con información del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Julio Alvarado, especialista en comercio exterior, asegura que el hecho de que Bolivia importe GLP, demuestra que “Bolivia, de ser un país autosuficiente en hidrocarburos”, se está convirtiendo en importador de ellos.

En 2010, el valor de la importación de diésel fue de 415,3 millones de dólares. Mientras que el 2006 alcanzó los 227,4 millones.

Gary Rodríguez, gerente del IBCE, comenta que los problemas en este rubro tienen que ver con la política hidrocarburífera, que es dependiente y vulnerable en la importación y el subsidio.

El Gobierno anunció que este año la subvención a los carburantes llegará a los 663 millones de dólares y para el próximo año se presupuestaron 755 millones de dólares.

De acuerdo con las cifras del Gobierno, a partir de 2010 la gasolina ingresó en la lista de carburantes que importa el país y sus costos de compra van en ascenso.

Punto de vista

Óscar calle Presidente de la CNC La autarquía es la capacidad de un país de consumir todo aquello que produce internamente. Deberíamos mantenernos y tratar de apuntar hacia un modelo en el que produzcamos todo lo que consumimos. Lamentablemente nuestro aparato productor no está suficientemente desarrollado como para producir todo aquello que consumimos. Entonces, de ahí que recurrimos a la importación .

La preocupación que tiene la Cámara Nacional de Comercio (CNC), y el gremio empresarial en sí, radica principalmente en las importaciones de bienes alimenticios o los de primera necesidad. Consideramos que no es posible esta situación, inclusive geopolíticamente hablando importar tus propios alimentos genera una dependencia al país por importar.

En el mundo se está hablando de una crisis alimenticia. Entonces debemos encarar esta crisis como una oportunidad para los bolivianos para poder diversificar nuestra producción, e inclusive las tierras que tenemos para convertirnos en abastecedor de alimentos del mundo.





Fuente: periódico "Página Siete" La Paz-Bolivia - 14/11/2011

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