martes, 5 de mayo de 2009
Bolivia puede producir biodiésel sin usar cultivos alimenticios
Los empresarios advierten de la necesidad de agrocombustibles ante un déficit de carburantes. El Gobierno abre la posibilidad de debatir este tema a partir del uso de productos no comestibles.
Ante la disminución en la producción de hidrocarburos y la escasez de carburantes que se puede generar en el mercado local, los empresarios privados de Santa Cruz impulsan la elaboración de biocombustibles a través del empleo de productos agrícolas no comestibles (thola, macororó, piñón y totaí) para no afectar la producción de los alimentos que demanda la población.
Un estudio denominado “Biocombustibles Sostenibles en Bolivia”, elaborado por un grupo de consultores bajo el auspicio de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco) y el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), da cuenta de las posibilidades de desarrollo de estos cultivos.
Para elaborar esta variedad de carburantes, en principio se habían identificado ocho productos para elaborar bioetanol, caña de azúcar, arroz, cebada, maíz, sorgo, trigo, papa y yuca y otros cuatro destinados a producir biodiésel (soya, girasol, algodón y macororó), posibilidad que ha rechazado el Gobierno.
El especialista en el tema Juan Carlos Lijerón dijo que sin embargo existe otro tipo de cultivos que no son aptos para la alimentación y que pueden constituirse en una alternativa.
Por ejemplo, la thola en el occidente, el piñón manso en el Chaco y algunas variedades de palmeras nativas, como el totaí, que pueden ser transformados en biodiésel, al igual que el aceite vegetal comestible ya utilizado y reciclado.
De esta manera, dijo, no se afectará la seguridad alimentaria en el país y se aprovechará el suelo donde desarrollan esos productos, que son desérticos o están degradados, y no se utilizará la superficie agrícola.
El análisis da cuenta de que éstos productos crecen en abundancia en diferentes regiones del país, es el caso de la thola en el altiplano y riberas del lago Titicaca, y no representan amenaza alguna a la siembra de alimentos.
Miguel Barba, especialista en agrocombustibles, en un foro sobre el tema, dijo que si Bolivia ingresa a este negocio, en 2010 habrá generado alrededor de 146.900 nuevos empleos directos, 81.900 de ellos por la producción de bioetanol y otros 65.000 por biodiésel. Por ahora se tiene la posibilidad de producir a pequeña escala cualquiera de los productos, con una inversión promedio de 15.000 dólares.
En dos años se comenzaría a producir en mayor cantidad cuando se tenga la suficiente materia prima del piñón manso, la thola y el macororó. Existen dos leyes, la 3086 y 3207, aprobadas en 2005, que dan curso a la producción de biocombustibles, pero su reglamentación aún esta pendiente, por lo que no han podido entrar en vigencia. De las 30,3 millones de hectáreas con aptitud agrícola, los cultivos en el país abarcan sólo 3,7 millones de hectáreas, 26,6 millones se encuentran sin utilizar.
Lijerón expresó que el Gobierno debe tomar esta alternativa ante el déficit de combustibles que existe para atender la demanda interna y la necesidad de importar diésel o gasolina, como anunció Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), si es que no hay la oferta necesaria.
La producción de gasolina proyectada para este año es de 2.156 metros cúbicos por día, pero la demanda es de 2.671 metros cúbicos. Mientras que la elaboración de diésel sólo alcanza a 1.633 metros cúbicos y el consumo, a 3.210 metros cúbicos.
El miércoles, expertos del sector hidrocarburos e industriales, en un foro organizado por el IBCE, advirtieron del desabastecimiento ante la creciente demanda del parque automotor y un déficit en la producción de gasolina. El presidente Evo Morales, en reiteradas oportunidades declaró su oposición a la elaboración de biodiésel bajo el argumento de que se afectará la producción de alimentos porque éstos aumentarán de precio y los sectores pobres tendrán menos oportunidad.
Lijerón manifestó que el acceso a los alimentos es un problema de falta de ingresos y no de los biocombustibles. El asesor del Ministerio de Hidrocarburos y ex presidente de YPFB Manuel Morales Olivera declaró a La Prensa que “por filosofía, el Gobierno no está a favor de la producción de biocombustibles”, porque involucra el empleo de alimentos.
No obstante, dejó abierta la posibilidad, en un futuro, de analizar el tema en torno a los productos denominados de “segunda generación”, que no son aptos para el consumo humano.
En la región oriental del país existen varios ingenios azucareros, como Guabirá, que ya producen etanol y lo exportan mientras esperan la vigencia de la Ley 3086, aprobada en 2005 y que no tiene reglamentación para utilizarlo como mezcla con la gasolina en el mercado interno. Sucede lo mismo con la Ley 3207, del mismo año, que autoriza la incorporación de alcohol en la gasolina de manera gradual hasta un 25 por ciento.
Según Lijerón, se están desaprovechando oportunidades, pues existen industrias en el país que exportan el aceite crudo no comestible que se extrae de la soya y el girasol, que puede ser utilizado para elaborar biocombustible. Agregó que “sería contradictorio que en el futuro el país termine comprando biocombustibles”.
El presidente de Guabirá, Mariano Aguilera, dijo que en el norte cruceño existen cerca de 300 hectáreas de plantaciones de piñón manso de prueba.
Para Alberto Solares y Ana María Solares, que también participaron en el estudio, el tema de la seguridad alimentaria cobra mayor sensibilidad en cuanto a la producción de biocombustibles, por el encarecimiento de los precios que se observa en el mundo en los anteriores años.
La propia FAO menciona que la expansión del sector bioenergético puede afectar la seguridad alimentaria en los países de América Latina y el Caribe. Ante esto, explicó que se debe trabajar en políticas que eviten esta situación. Brasil y Estados Unidos son los principales productores de biocombustibles.
Argentina tiene un gran potencial para la elaboración de biodiésel, al igual que Venezuela, Colombia y México, donde están trabajando para dejar la dependencia de los derivados de crudo.
Lijerón dijo que este estudio es una base para comenzar a debatir el tema con el Gobierno, porque no sólo permitirá paliar el déficit de energético que pueda darse en el país, sino generar empleos sostenibles.
Proyectos en marcha
De acuerdo con el estudio impulsado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y Cainco, existen siete proyectos de iniciativas privadas, públicas y académicas para elaborar biocombustibles en el país.
Uno de ellos es el de los ingenios azucareros Guabirá, Unagro, San Aurelio y Santa Cecilia, que producen alcohol para el mercado interno y externo. Destaca Guabirá, que exporta 80 millones de litros al año. Su proyecto de bioetanol está paralizado por falta de reglamentación a las leyes vigentes.
La soyera Gravetal Bolivia S.A. es otra de las empresas que impulsa un proyecto para elaborar biodiésel de exportación desde hace tres años, con el objetivo de darle mayor valor agregado a su producción.
La Prefectura de Santa Cruz y el Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), en 2008, inició la ejecución del proyecto “Investigación para la producción sostenible de biodiésel, con énfasis en los pequeños y medianos productores”.
La empresa Bio Fuel S.R.L. trabaja en un proyecto de una planta pequeña de reciclado de aceites derivados de soya, y experimenta en la siembra del piñón.
Industrias Aceiteras FINO realizó varias investigaciones para ver la factibilidad de la producción de biodiésel. Tenía previsto, para el segundo semestre de 2008, iniciar con la producción de ese biocombustible, tomando como materia prima la palma aceitera, pero lo postergó para este año. Las universidades privadas y públicas desarrollan trabajos de investigación sobre este tema, tal es el caso de San Simón, de Cochabamba; la Universidad Privada Boliviana (UPB); la Escuela Militar de Ingeniería (EMI); Universidad Católica y Universidad Mayor de San Andrés.
¿Qué es el biodiésel?
El biodiésel, también llamado biogasóleo o diéster, es un biocombustible renovable que sustituye al diésel producido del petróleo. Sus materias primas de origen pueden ser aceites vegetales (vírgenes o usados de soya, girasol y algodón) y grasas de animales. Puede mezclarse en distintas proporciones con el diésel, conociéndose esta mezcla como “bioesteraje”.
Se lo obtiene mediante un proceso llamado transesterificación (alcohólisis), parecido a la fabricación de jabón, que consiste en generar una reacción entre un aceite (o grasa) con un alcohol (usualmente metanol o etanol) .
Su empleo presenta varias ventajas. No requiere mayores modificaciones para su uso en motores diésel comunes, tiene gran poder de lubricación, superior al diésel, reduciendo el ruido y desgaste del motor
¿Qué es el bioetanol?
El bioetanol es un combustible utilizado como sustituto de la gasolina o como mezcla de ésta, es uno de los más empleados en el mundo en motores que funcionan a explosión. Las materias primas son básicamente de productos ricos en sacarosa, como la caña de azúcar, piña, remolacha, y ricos en almidón, como maíz, trigo, papa y yuca.
Para obtener este etanol o alcohol anhídrido, se deshidrata el alcohol hidratado, su almacenamiento debe realizarse en tanques metálicos lejos de fuentes de calor, puede ser bajo tierra y protegido contra descargas atmosféricas. Su periodo de vida útil en condición de anhídrido es de 24 meses.
Se constituye en una fuente renovable de recursos energéticos de fácil producción, que resulta competitiva con el petróleo.
Cultivo de macororó
Morfología: Arbusto de tres a diez metros de altura con grandes hojas palmeadas, alternas, miden hasta 50 centímetros de longitud. Florece casi todo el año, sobre todo en verano. Su fruto está cubierto de espinas y es de color rojo antes de la maduración, contiene tres semillas.
Clima: Es resistente a la sequía, no aguanta el frío de cierta intensidad.
Suelo: Todo tipo de suelo.
Siembra: Multiplicación por semillas en primavera.
Cosecha: En muchos lugares hoy se realiza su recolección a mano de las panojas de frutos. En algunas variedades, las semillas se desprenden de las cápsulas con mucha facilidad cuando los frutos han madurado, por lo que conviene realizar su recolección anticipada de frutos y dejarlas secar para posteriormente proceder a su trilla.
Rendimiento: 1.000 a 1.300 kilogramos de grano limpio por hectárea.
Áreas cultivadas: En Bolivia, un promedio de 6.000 hectáreas.
Uso y propiedades: El macororó o aceite de ricino es el mejor para producir biodiésel, por ser el único soluble en alcohol y no requerir calor y el consecuente gasto de energía que exigen otros aceites vegetales.
Cultivo de piñón manso
Morfología: El piñón manso es un arbusto que crece hasta cuatro y cinco metros de altura, con corteza blanca-grisácea y hojas que presentan lóbulos con peciolos largos de 10 a 15 centímetros y que exudan látex. En julio y agosto se queda sin hojas. Sus frutos son cápsulas, carnosos y de color verde al inicio, luego cambia a un color amarillo.
Clima: Soporta bajas temperaturas y heladas, su requerimiento de agua es muy bajo.
Suelo: No se requiere de un tipo de suelo en especial, crece en cualquier parte.
Siembra: Época de siembra, entre septiembre u octubre.
Cosecha: Las cosechas son manuales, se inicia en octubre y noviembre hasta abril y mayo.
Rendimiento: A los siete meses se obtienen 100 a 150 kilogramos de semillas por hectárea.
Áreas cultivadas: En Bolivia todavía no existen.
Uso y propiedades: Su uso no compite con los aceites de uso humano (soya o girasol). Uso exclusivo como biodiésel para maquinarias.
Cultivo de thola
Morfología: Arbusto de 1 a 1,5 metros de altura, densamente ramificado desde la base y con follaje tupido reconocible por sus hojas trinervadas, resinosas y toscamente aserradas y sus cabezuelas blanquecinas. Sus flores son masculinas, de color blanco, su raíz es fibrosa.
Clima: Soporta frío con heladas eventuales.
Suelo: Planta muy rústica que tolera suelos pobres y difíciles. Se adapta a cualquier textura y tolera muy bien la alta pedregosidad y las carencias estacionales del agua.
Rendimiento: No existen plantaciones. se cultiva de forma silvestre.
Áreas cultivadas: No existen.
Uso y propiedades: Tiene usos medicinales como antiinflamatorio y antireumático. Es utilizada en agroforestería para la protección y conservación del suelo. Sus tallos se emplean en cestería y la cenizas de éstos para la elaboración de la lipita. polvo que acompaña el masticado de la coca. Su madera es utilizada como material de construcción. La hojas trituradas son utilizadas para elaborar tintes.
Cultivo del totaí
Morfología: Es una planta de tallo recto, de contextura mediana, cilíndrico y con espinas. Su semilla germina después de seis meses y crece lentamente durante los primeros años. Recién empieza a dar frutos a partir del cuarto o sexto año, dependiendo de la fertilidad del suelo. Llega a medir hasta 15 metros de altura, y hasta el momento no se ha registrado la existencia de plagas o enfermedades en árboles silvestres.
Clima: Es muy resistente al fuego y puede soportar hasta seis meses de sequía.
Áreas cultivadas: Existen plantaciones silvestres en todo el oriente boliviano. Se lo encuentra en toda el área tropical del continente americano.
Uso y propiedades: Es una de las palmeras más comunes en el oriente boliviano, pero también una de las menos apreciadas. Si antes era habitual que los niños y jóvenes comieran su fruto, ahora cada vez son menos los que lo hacen. Algunos creen que sólo sirve como alimento para el ganado y otros no le encuentran utilidad. De la pulpa del totaí se extrae un aceite que, de manera tradicional, ha sido utilizado para las actividades domésticas, ya sea como combustible o para la alimentación. En algunos países se lo emplea en la fabricación de jabones.
Los datos
Los biocombustibles son un complemento a los combustibles derivados de petróleo.
Existen dos leyes que autorizan el uso de agrocombustibles, pero no están en vigencia.
En Bolivia se produce, de manera no formal, etanol para exportar.
Otros datos
Los biocombustibles son una de las pocas fuentes energéticas limpias.
Los empresarios aseguran que los agrocombustibles no afectan la seguridad alimentaria.
El Gobierno se opone a este tipo de energético porque encarecería el precio de los alimentos.
Los agricultores afirman que la seguridad alimentaria está garantizada en el país.
De 30,3 millones de hectáreas de tierra cultivable, sólo se utilizan 3,7 millones.
Fuente: hidrocarburos.com La Paz-Bolivia - 05/05/2009
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