El municipio de Corocoro, ubicado a 173 kilómetros de la ciudad de La Paz,comenzó a recobrar el dinamismo 23 años después de la relocalización minera. Esto es posible gracias al proyecto hidrometalúrgico de cobre de propiedad estatal y la expectativa que genera la explotación del mineral por parte de la alianza entre la coreana Kores y el Gobierno nacional.
Según el alcalde de Corocoro, Simeón Paredes, la marcha del proyecto de Comibol hizo que la gente “retorne” y despertó el interés de otras personas, por ejemplo de las provincias Pacajes y Aroma y de las ciudades de La Paz y El Alto. “Hay más tiendas, el comercio está aumentando”, principalmente en la plaza principal, 15 de Agosto.
En criterio de Luis Mamani, miembro del Comité de Vigilancia de Corocoro, hay que tomar previsiones para la llegada de más gente al municipio, por ello la organización de que forma parte tramita ante la Alcaldía la expropiación de terrenos baldíos y casas semidemolidas, además del reconocimiento de la propiedad de quienes habitan en el lugar. El objetivo es, dijo, habilitar espacios para quienes lleguen a poblar el lugar.
Según el Censo de 2001, la población de Corocoro es de 11.803 habitantes, pero el alcalde Paredes calcula que actualmente viven en ese municipio 13.000 personas.
El proyecto hidrometalúrgico de cobre se gestó desde 2008, pero efectivamente sus operaciones comenzaron en agosto de 2009. A la fecha cuenta con 300 toneladas de lámina de cobre producidas, las que serán exportadas a la empresa Tranfigura de Inglaterra por un valor de
2,3 millones de dólares. Esta compañía empleó a 180 trabajadores, la mayoría de los cuales son oriundos de la región.
Por otra parte, el proyecto de Kores consiste en la explotación a cielo abierto de cobre, objetivo que se cristalizará en 2011, pues aún se halla en la etapa de exploración. La inversión comprometida es de 2.100 millones de dólares hasta 2014. La semana pasada, el Gobierno informó que la empresa halló vetas de hasta cinco metros de ancho.
Este proyecto creará 500 empleos directos y 2.500 indirectos.
Paredes recordó que “después del Decreto 21060 de relocalización, que implicó el despido de mineros y el cierre de las minas, en Corocoro sólo quedaron dos almas vagando por el pueblo”.
Esta situación empieza a cambiar, aunque poco a poco, pues en el ingreso hay aún viviendas de adobe destruidas y abandonadas. A esto se suma el camino de acceso de tierra y desnivelado.
Más adelante cambia el panorama, pero no mejora del todo, porque el deterioro de las edificaciones se mantiene. Cerca de la plaza 15 de Agosto se encuentra el teatro municipal y más allá el cine y un parque con columpios y un resbalín. En un día ordinario se observan algunos grupos de personas, comunarios que se dirigen a la Alcaldía, mineros reunidos en las oficinas de la Comibol, unas tres comideras ubicadas en la plaza y hasta cinco tiendas abiertas.
Kores proyecta generar 500 empleos directos y 2.500 indirectos.
Sin recursos
Las cuentas de la Alcaldía de Corocoro están congeladas desde marzo de 2009, con excepción de las partidas del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y los recursos destinados a atender la salud.
De acuerdo con el alcalde Simeón Paredes, de la agrupación indígena Qatuqui, la causa es la oposición política que ejerce el Comité de Vigilancia que no permite habilitar los fondos bajo el argumento de que “puedo robarme el dinero si lo ponen en mis manos”. El presidente de la organización fiscalizadora, Marcelo Chambi, aseguró que Paredes tiene una deuda de casi medio millón de bolivianos con empresas.
Contaminación
El funcionamiento de la Planta Hidrometalúrgica de Cobre provoca un impacto socioambiental en la región, según el director de Comunicación de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema), Edwin Alvarado, debido a que la instalación, según la queja del Conamaq, desvía el agua potable de la comunidad hacia ella. El superintendente del proyecto, Renato Casón, admitió que hubo este problema, pero que fue superado porque ahora se recicla el líquido de la planta. El director de Medio Ambiente de la Prefectura de La Paz, Donato Capia, señaló que en esa zona no existe contaminación, hecho que se verificó hace dos meses.
Los vecinos
“La gente está esperanzada con los proyectos de cobre, todos esperan que cambie la vida en este lugar que siempre está así vacío. No hay ferias, no hay nada, prefieren irse a la ciudad. Aunque antes era peor, ahora está mejorando, pero falta, eso (el dinamismo) llegará con la explotación”.
Pastor Maquera / Vecino
“Todos estamos esperando que trabaje la empresa Kores y si el Alcalde administra bien los ingresos que beneficien al pueblo, será aún mejor. He sabido que no podían exportar el cobre en láminas, eso hace falta porque sólo con dinero se verán mejoras. Queremos que esto cambie más todavía, que haya gente y venta”.
Leonor Huanca / Vecina
“Antes de la relocalización vivíamos en Corocoro unas 15.000 familias, pero luego se han ido todos a buscar su vida, el pueblo quedó así vacío. Pero con el Presidente, que impulsó proyectos, se reactivó Comibol y gracias a eso mucha gente que se fue está retornando, pero aún hay abandono de casas que se caen”.
Ponciano Franco / Vecino
“Desde todo punto de vista, estos proyectos nos van a ayudar, habrá más trabajo para nuestros hijos, pero también es irremediable que haya daño al medio ambiente y ahí las autoridades del municipio tienen que ponerse fuertes. Son buenos los proyectos, pero hay que cuidar ese aspecto”.
Guillermo / Comunario
Fuente: periódico "La Prensa" La Paz-Bolivia - 15/04/2010
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