viernes, 15 de diciembre de 2017

DEFORESTACIÓN: Advierten que deforestación acelera la escasez de agua

La deforestación acelera la escasez de agua y afecta a las zonas productivas. La ampliación de la frontera agrícola, en el caso del país, provoca la desaparición de bosques y la mala gestión del mismo empuja a la gente a migrar del campo a la ciudad, dejando pueblos con escasos habitantes, que en su mayoría son niños y adultos mayores.
La alarma fue expuestas en el coloquio y presentación de la revista bienal de la Cooperación Suiza en Bolivia: Elemento de vida: El Agua en el desarrollo, la cultura y la sociedad”, realizado la semana pasada.
Además, expertos en el tema, de Colombia, Estados Unidos y Brasil señalan que el punto de quiebre de la Amazonia está en 40%, es decir sí la deforestación llega a este porcentaje, Bolivia ya no podrá recibir agua de esta zona, la mayoría de los países, y por lo tanto el recurso se hará cada vez más escaso.
CAMBIO CLIMÁTICO, ¿QUIÉNES SON LOS RESPONSABLES?
Al inicio del coloquio, el embajador de Suiza en Bolivia, Roger Denzer, preguntaba en su discurso de que si es cierto que los caprichos de la naturaleza son imprevisibles, y decía si sería cierta esta afirmación o somos todos responsables de los grandes cambios climáticos.
Es por ello que el diplomático señalaba que no se puede hablar de desarrollo sostenible sin referirnos al agua, que es necesaria en la producción agrícola, en la producción minera y en la producción antroponómica (leyes de la naturaleza).
“En las áreas rurales, el agua tiene un significado estrechamente vinculado a la vida cotidiana e incluso dramatismo de su escasez no la hace menos importante en el nivel simbólico”, señalaba el diplomático.
“La preocupación está latente, los majestuosos nevados de la Cordillera Real que parecían eternos ya no lo son; la cobertura de hielo ha disminuido en tres décadas de manera visible y no se renueva porque el régimen de lluvias ha cambiado y, sobre todo, porque el agua no viene del cielo, como muchos todavía creen, sino de la tierra, y en particular de los bosques”, señalaba el Embajador de Suiza.
AMAZONIA
Según el discurso del diplomático suizo, el 80% del agua, que llega a Sudamérica, proviene de la cuenca amazónica, de los grandes bosques compartidos entre Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y otros países del vecindario amazónico.
El resto del 20% del agua lo traen los vientos del sur, cuyo remoto origen son los glaciares de la Antártida, que también enfrenta problemas, por el calentamiento global.
"América del Sur es el reservorio de agua de un planeta cada vez más erosionado por la expansión agrícola. El desequilibrio global de agua dulce depende en buena medida de esta región y de lo que se haga con esos bosques", reflexiona Denzer.
MIGRACIÓN Y MALA GESTIÓN DEL AGUA
Mientras tanto, María Quispe, directora de la Asociación Promoción de la Sustentabilidad y Conocimientos Compartidos (Prosuco), expuso el tema: “El agua en el desarrollo (comunidad), en la que alerta de que las regiones que no tienen acceso sufren migración de sus habitantes”.
Además, señaló que las comunidades del mundo necesitan opciones tecnológicas adecuadas a su contexto para gestionar agua, de lo contrario la situación se hace difícil para los habitantes, que tienen que migrar a las ciudades.
Lamentan en indicar que si una comunidad apuesta a las lluvias, va perdiendo el capital humano y social, ya que la gente migra a las ciudades ante la escasez de agua para sus cultivos.
Entretanto, Humberto Gandarillas, coordinador de la Agencia de Cooperación de Alemania (GIZ), puntualizó en indicar que si una región no tiene acceso al agua, merma la calidad de vida de las personas, y esto provoca que pierda capital humano.
Además, indicó que los programas de riego del Gobierno no colmaron las expectativas, y muchas obras ejecutadas quedaron abandonadas, debido al olvido del mantenimiento, y el poco interés de sus habitantes.
Lamentó que el Gobierno haya ingresado con ese programa en un marco paternalistas, sin dar responsabilidad a los comunarios; antes los habitantes del lugar aportaban con contraparte de 20% para la ejecución de sistemas de riego, pero el Gobierno eliminó esta opción.
En definitiva se ingresó en una crisis del sistema de riego, y esto ha provocado que los espacios de cultivos disminuyan, en especial en la región del altiplano, dejando atrás pueblos con pocos habitantes.
Las comunidades tenían la tarea de resolver la escasez de agua, ahora tienen al Estado, que se ocupa de implementar obras para mejorar el acceso al líquido elemento, pero en el proceso la intención va perdiendo fuerza debido a la mala gestión que se realiza en el mantenimiento de los sistemas de riego.
Señala que si bien el Estado hace énfasis en la oferta, pero no trabaja de la misma manera en la eficiencia y, por lo tanto, hay una mala gestión en la distribución.
LÍQUIDO VITAL
Por su parte, Eduardo Forno, director de Conservación Internacional, señaló que el 2,5% del agua que existe en el planeta, es dulce; hay un 6,6% que está en la superficie; un 77% en otros lados; y 21% es agua subterránea.
Informó que hay una desigualdad en la concentración de agua en el territorio nacional, mientras que el Chapare, en Cochabamba, sus precipitaciones llegan a 5.000 mililitros de agua al año, en Sud Lípez apenas alcanza a 50 mililitros al año.
Pero recuerda que el cambio climático provoca una baja precipitación en todo el país, pero hay más concentración en la amazonia.
BOSQUES
Asimismo, señala que los bosques retienen agua y la devuelven en momentos que falta el líquido, y esto pasa por lo general en invierno, a través de los bofedales, pastizales; una infraestructura ecológica y natural.
Informó que en Bolivia la deforestación llega a 350.000 hectáreas, mientras la naturaleza sólo recupera 70.000 hectáreas al año, y es por ello que recomienda gestionarla adecuadamente para que no falte el agua.
Finalmente, señala que en unas décadas más adelante, algunas zonas sufrirán de agua, mientras otras tendrán en abundancia, y en otras toda la incertidumbre reina.
PRINCIPALES DATOS DEL AGUA EN EL PLANETA
En 2050, el consumo del líquido elemento aumentará un 44% para satisfacer las demandas industriales y de la población.
La Tierra contiene unos 525 millones de kilómetros cúbicos de agua. La cantidad de agua que contiene nuestro planeta no ha disminuido ni aumentado en los últimos dos mil millones de años.
El 97% del agua se encuentra en los océanos y el 2% permanece congelada.
El 80% del agua que se encuentra en los continentes está en la superficie. El 20% restante se encuentra bajo tierra o en forma de vapor de agua atmosférico.
Sólo el 2.5% del agua que existe en la Tierra es agua dulce. De esa cantidad, el 0.5% se encuentra en depósitos subterráneos y el 0.01% en ríos y lagos.
El 90% de los recursos disponibles de agua dulce del planeta están en la Antártida.
Sólo el 0.007% del agua existente en la Tierra es potable y esa cantidad se reduce año tras año debido a la contaminación.
Más de 1100 millones de personas en el mundo carecen de acceso directo a fuentes de agua potable.
Millones de mujeres y niños deben caminar más de 10 kilómetros diarios para conseguir agua potable.
Unos 1.400 niños menores de cinco años mueren en el mundo a diario víctimas de enfermedades diarreicas relacionadas con la falta de acceso a agua potable, saneamiento adecuado e higiene.
Más de 768 millones de personas no tienen acceso al agua potable, indicó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). En su mayoría, estas personas viven en la pobreza, en zonas rurales apartadas o en barrios urbanos marginales.
En 2025 cerca de 2000 millones de personas vivirán en países o en regiones donde la escasez de agua será absoluta y los recursos hídricos por persona estarán por debajo de los 500 metros cúbicos anuales recomendados, cantidad de agua que necesita una persona para llevar una vida sana e higiénica. La falta de agua potable causa la muerte de 4500 niños por día, en su mayoría pertenecientes a los países en desarrollo.
El 90% del agua usada en países en vía de desarrollo vuelve a los ríos sin ningún tipo de tratamiento.
Cada día, el Sol evapora más de un billón de toneladas de agua, que permanece en la atmósfera hasta que vuelve a la superficie en forma de precipitaciones. FUENTE FUNDACION AQUAE.
Fuente: periódico "El Diario"

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