Las recaudaciones del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), a un mes de que finalice el año, llegan a 5.716 millones de bolivianos, cifra lejana a los niveles alcanzados en 2014 o 2015, durante el boom de precios del petróleo, según datos presentados en la evaluación de gestión del Ministerio de Economía.
Aunque los ingresos pueden mejorar hasta el cierre del año, están por debajo de los 6.204 millones de bolivianos proyectados en el Presupuesto General del Estado 2017.
El año pasado de acuerdo con la Memoria de la Economía Boliviana 2016, los recursos recibidos por este tributo alcanzaron a 6.163 millones de bolivianos.
Este impuesto está vigente desde 2005 con la nueva Ley de Hidrocarburos y es aplicado a la producción de hidrocarburos en boca de pozo y debe ser medido y pagado de la misma forma que las regalías.
Los recursos del IDH se distribuyen entre gobernaciones, municipios, universidades, fondo indígena, pero también sirve para pagar la Renta Dignidad y el fondo de exploración petrolera creado recientemente.
Debido a la caída del precio del petróleo, los ingresos por este concepto han bajado a la mitad de los que se percibía hasta 2014 o 2015.
Para 2018 en el Presupuesto General del Estado (PGE) el Gobierno proyecta un incremento del 8% en las recaudaciones del IDH como regalías con base a un precio del petróleo de 45,5 dólares a nivel internacional.
Para este año los fondos por este concepto programados habían disminuido en 23% con un valor del barril de crudo calculado en 45,24 dólares.
Los ingresos por regalías que proyecta el Gobierno subirán de 3.223 millones de bolivianos a 3.490 millones de bolivianos y los que se generen con el IDH de 5.730 millones de bolivianos a 6.204 millones de bolivianos.
Recaudación general
La recaudación general sin IDH a noviembre alcanza a 43.622 millones de bolivianos, según el Ministerio de Economía. En 2016 estos recursos sumaron 47.592 millones de bolivianos.
Según el Gobierno las recaudaciones pese a la caída del IDH en los últimos años, han seguido creciendo por la fortaleza de la actividad económica interna y la eficiencia del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN).
Fuente: periódico "Página Siete"
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