El precio del gas permanece vinculado a la cotización internacional del petróleo, pero el Gobierno de Bolivia perfila cambiar esa ecuación en los contratos de compra-venta que vaya a renegociar con Brasil con la finalidad de garantizar la estabilidad de los ingresos económicos por la exportación del energético, informó el ministro de Economía, Mario Guillén.
El hecho de que el precio del gas esté vinculado al del petróleo hace también que fluctúe en función a la cotización internacional del barril del petróleo, que bajó hasta los $us 26 en el peor momento de la crisis económica. Esa situación tuvo su efecto en los ingresos de Bolivia, que repercutió de forma negativa también en los ingresos de las regiones.
Ahora se perfila que en la renegociación de los contratos de compra-venta con Brasil se tome en cuenta ese aspecto. “En la renegociación de los nuevos contratos es donde vamos a tratar de separarnos del tema del petróleo”, anticipó Guillén en una entrevista en Cadena A, donde habló de las perspectivas económicas 2018.
Para Bolivia es central el tema y fue parte de la Cumbre de Gas de noviembre, en Santa Cruz, donde se reunieron los representantes de los países productores y exportadores del energético. En el documento de conclusiones se planteó “un enfoque más equitativo de distribución de riesgo en el tema de mecanismos de precio de gas vinculado al petróleo y sus derivados para asegurar un precio justo para el gas natural tomando en cuenta sus ventajas en términos de eficiencia energética y primas medioambientales”.
El contrato con Brasil fue suscrito en 1996 y concluye en 2019. El documento rubricado en Río de Janeiro establece un volumen mínimo de compra de 24 millones de metros cúbicos por día (MMmcd) y un máximo de entrega de 30,08 MMmcd. Si se incluye el gas combustible de 1,5 MMmcd, el país debe enviar a esa nación 31,5 MMmcd.
A diferencia de las actuales condiciones, para el próximo contrato no solo se habla de venta-compra con la empresa pública brasileña sino también, de forma directa, con firmas privadas.
Fuente: periódico "La Razón"
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