lunes, 7 de diciembre de 2009

Guerra de precios, gas boliviano vs GNL

Nobuo Tanaka, la máxima autoridad de la Agencia Internacional de Energía (AIE) fué claro al señalar que durante los próximos años la sobreoferta de gas natural a nivel mundial y la continua presión sobre los suministros de petróleo podrían romper el vínculo existente entre los precios de ambos hidrocarburos.

"La demanda de gas natural ha ido disminuyendo de manera significativa, por lo que su precio ha disminuido también, pero los precios del petróleo han sido relativamente altos" dijo Tanaka en una conferencia de prensa tras presentar el World Energy Outlook 2009 a finales de noviembre, señalando además que "históricamente, los precios del gas natural y del petróleo se han vinculado, pero este vínculo puede romperse. Esto podría ser una mala noticia para los productores, pero una buena noticia para los consumidores". Trasladando las declaraciones de Tanaka a nuestro contexto, los contratos de suministro con Brasil y Argentina establecen precios directamente vinculados a una canasta de productos refinados del petróleo (fuel oil en ambos casos y diesel oil con Argentina) lo cual permite tener un precio predecible que se fija sobre la base de un promedio de tres meses, observándose las variaciones luego de ese período.

Pero con un flujo sin precedentes de gas natural licuado (GNL) que está saturando el mercado mundial, se ha podido observar como el precio de ese energético en estado líquido importado por Brasil y Argentina, ha llegado, en algunos casos, a costar menos que el gas boliviano importado por ducto.

Si a eso le agregamos el hecho de la reciente decisión del Gobierno chileno para autorizar la exportación de gas natural al mercado argentino, se puede confirmar definitivamente que el GNL se ha convertido en el principal competidor del gas natural que Bolivia exporta.

Absolutamente todos los mercados que anteriormente dependían o podían depender de Bolivia como principal proveedor de gas, buscaron alternativas para garantizar el abastecimiento del energético, optando por el GNL como una opción que ha demostrado ser confiable, oportuna y ahora barata.

Esta última característica es la que más debería preocupar a Bolivia, recordemos que hace poco la Directora de Gas y Energía de Petrobras, Maria das Graças Foster, señaló que actualmente a Brasil le resulta más barato importar despachos previamente contratados de GNL que importar gas natural por ducto desde Bolivia.

Al respecto, el analista Carlos Alberto López, en contacto con HidrocarburosBolivia.com, señaló que ¨es previsible que la situación de la que Bolivia gozó hasta hace poco como proveedor cuasi-monopólico de gas natural a los mercados de Brasil y Argentina esté llegando hoy a su inexorable fin gracias a los inmensos descubrimientos impulsados en Brasil en respuesta al “vapuleo” boliviano, a la acelerada incorporación del GNL en Argentina y Brasil, y a la reciente migración chilena hacia el GNL¨.

¨Bolivia podrá garantizar a futuro la estabilidad de sus exportaciones en términos de volumen únicamente si puede garantizar su competitividad en términos de precio en los centros de consumo ante alternativas que hoy están abiertamente disponibles a sus clientes, es decir, la producción propia de Brasil, el LNG a precios internacionales y combustibles alternativos como el diesel, el fuel oil, el etanol y el carbón¨ agregó López.

En el documento de análisis titulado Henry en el Cono Sur, Carlos Alberto López sostiene que Quienes defendieron en 2002 la idea de que Bolivia debía exigir el precio Henry Hub por sus exportaciones de gas natural a Brasil posiblemente no sospecharon nunca que esa premisa, y sus secuelas, terminarían haciéndose realidad con la irrupción del LNG en el Cono Sur y con la inevitable modificación, en el muy próximo futuro, de los paradigmas estratégicos de los hidrocarburos bolivianos en la región. ¨Hoy, Bolivia tiene a Henry tocando la puerta de sus principales -y únicos- mercados de exportación y, en la medida en la que las plantas regasificadoras de Peçem, Guanabara, Bahía Blanca, Quintero y Mejillones, todas ya en operación o construcción, incorporarán casi 46 MMmcd de potenciales influjos de LNG en la región en los próximos meses -volumen significativamente mayor que la actual capacidad máxima de exportación de gas natural Boliviano de aproximadamente 36 MMmcd-, es imprescindible considerar el impacto que ello tendrá sobre las sostenibilidad y estabilidad futura de las exportaciones bolivianas en términos de precio y volumen¨ señala López.

Según el documento de análisis, en el proceso de reformulación de las estrategias y políticas hidrocarburíferas del país debe hoy finalmente reconocerse, como no se hizo a lo largo de los años de debate e introspección gasífera, que el precio de cotización del gas natural boliviano establecido en los contratos con Brasil –en Río Grande- y con Argentina –en Yacuiba-, ambos puntos de entrega estipulados contractualmente, no es el precio al que el combustible llega a los centros de consumo en destino (City Gate).

El gas natural vendido a Brasil debe incorporar costos de compresión en Río Grande, de transporte a lo largo de 560 kilómetros desde Río Grande hasta Mutún en la frontera, y de transporte por otros 1,200 kilómetros desde Mutún hasta Sao Paulo (además de otros 1,100 kilómetros para llegar hasta Porto Alegre en el extremo final del gasoducto Bolivia-Brasil). En otras palabras, como cualquier producto de exportación a ser transportado a destino, el precio del gas natural boliviano debe considerar y reflejar las enormes distancias que debe recorrer para ser competitivo en el punto de venta. En el caso del gas natural boliviano, la distancia a recorrerse es de 1,800 kilómetros, y ello, lógicamente, tiene un significativo costo.

Dados los costos adicionales de transporte, el precio de entrega del gas natural boliviano en el mercado de Sao Paulo ha alcanzado picos promedio de 9.68 $US/MMBtu durante el último trimestre de 2008.

En ese entendido, López hace notar que si bien el precio de referencia Henry Hub se mantuvo en niveles significativamente superiores al precio de entrega del gas natural boliviano en Río Grande a lo largo de los primeros seis años de aplicación del contrato GSA con Brasil, ese no ha sido necesariamente el caso al compararse con el precio del LNG puesto en el sureste de Brasil, área de influencia del gasoducto Bolivia-Brasil.

Según el análisis de López, para calcular dicho precio, suponiendo, previsiblemente, que el precio Henry Hub (HH) sea referente para cualquier precio contractual de compra de LNG importado desde las principales fuentes de abastecimiento en el Atlántico, debe obtenerse el equivalente del precio Henry Hub en el punto de origen del producto:

HH – transporte EEUU – regasificación – flete desde punto de origen = precio del LNG en origen

A dicho precio deben adicionarse los costos correspondientes al traslado y regasificación del LNG en el punto de entrega en, por ejemplo, city gate Sao Paulo (SP):

LNG en origen + flete desde origen al SE de Brasil + regasificación + transporte a SP = precio city gate SP

De este cálculo, considerando el promedio de los diferentes componentes de costo de regasificación, transporte y flete aplicables al LNG desde los puntos de origen más factibles y convenientes por distancia alrededor de la cuenca del Atlántico –Trinidad Tobago, Argelia y Nigeria- hasta ser colocado en el sureste brasileño se obtiene un promedio aproximado del precio del producto, colocado en city gate Sao Paulo que resulta sumamente similar al precio Henry Hub:

Precio LNG en city gate SP = Henry Hub ± 0.11 $US/MMBtu

La reciente evolución del precio anteriormente calculado del LNG en Sao Paulo en comparación al precio del gas natural boliviano muestra que los volúmenes de exportación a Brasil bien podrán estar coyunturalmente sujetos a futuro a las variaciones del precio internacional del LNG.

Es previsible que ante caídas coyunturales de los precios internacionales del LNG -como la actual-, y ante los efectos del mecanismo de atenuación aplicado al precio de exportación del gas natural boliviano surjan períodos a futuro durante los cuales sea más conveniente para nuestro vecino recurrir a mayores importaciones de LNG a precios inferiores a cambio de reducir los volúmenes requeridos de Bolivia hasta el nivel del “take or pay” de 24 MMmcd establecido en el contrato. En caso de presentarse diferenciales significativos de precio, Brasil podría inclusive optar por nominar volúmenes inferiores a los 24 MMmcd del take or pay, pagar por la diferencia –al precio contractual vigente en el mes en el que incurra en la deficiencia de volumen- y recuperar los volúmenes pagados y no retirados, según se establece en el contrato, en el curso de los 10 años siguientes cuando los precios internacionales de LNG puedan situarse en niveles significativamente mayores: ello equivaldría a pagar hoy por volúmenes de gas no utilizados a un precio comparativamente bajo para requerirlos en algún momento, en el curso de los 10 años siguientes, en períodos en los que el precio internacional del LNG pueda, previsiblemente, recuperarse a niveles significativamente mayores que los actuales.

Por otra parte, como ha quedado fehacientemente comprobado a partir de diciembre pasado, es previsible que la demanda brasileña de gas natural boliviano esté sujeta a futuro a las fluctuaciones internas de demanda derivadas de factores estacionales o cíclicos económicos, especialmente si se toma en cuenta la futura disponibilidad de inmensos volúmenes de producción interna que, por definición, no enfrentará la desventaja de tener que recorrer 1,800 kilómetros para llegar a mercado.

¨Como resultado de su propia introspección gasífera, de las actitudes, políticas y medidas adoptadas en base a ella y de sus previsibles consecuencias y secuelas, su producto estrella de exportación y, en consecuencia, su salud macroeconómica y fiscal, están hoy expuestos y sometidos, por un lado, a los dos únicos mercados de exportación con los que hoy cuenta, a las fluctuaciones de demanda inherentes a los ciclos económicos regionales y mundiales y, por otro, gracias a Henry, a las fluctuaciones cíclicas, coyunturales y especulativas del precio internacional del gas natural que una vez exigimos se aplique en la región¨ concluye López.

Fuente: HidrocarburosBolivia.com - 07/12/2009



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